¿Sabes qué es un "artesonado"?

Desde mi acusada característica de gordopilo observo cómo es cada vez más habitual llamar “artesonado” a cualquier techumbre de madera, aunque los artesonados son de raigambre clásica, decorados con artesones o casetones, es decir, espacios cuadrados o poligonales, tanto de madera como de otro material, y tienen técnicas constructivas completamente diferentes a las techumbres mudéjares, de raigambre musulmana, sin que puedan darse en España hasta que la influencia renacentista llega de Italia, a partir de fines del siglo XV como muy pronto, de ahí que las techumbres de madera hispanomusulmanas y mudéjares nunca pueda denominárselas “artesonados”.

Lo que sí es cierto es que esta influencia renacentista incide de forma muy original en nuestra tradicional carpintería de lo blanco, y junto a artesonados totalmente puros, renacentistas de libro, también conservamos otras armaduras híbridas, a las que podemos llamar “morisco-renacientes”, que mezclan las dos corrientes estéticas y constructivas presentando, de un lado, perfiles de par y nudillo o de limas, lacerías, mocárabes... y por otro, casetones, grutescos, cenefas de ova y dardo y demás motivos ornamentales renacentistas. Estas techumbres son uno de los elementos básicos del llamado “estilo Cisneros” (no me gusta mucho el término), tan popular en el primer tercio del siglo XVI, especialmente en Toledo y en territorios de su obispado.

Se está haciendo tan común entre todo el mundo, aficionados que lo han oído, diletantes con interés y hasta expertos, el denominar “artesonado” a cualquier techumbre de madera (salvo las planas, a las que los aventajados pueden llegar a denominar alfarjes), que al final se terminará aprobando y todos serán “artesonados” (como el “asín”, vamos).

Techumbre morisco-renaciente del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares