Me gusta el románico

Me gusta el románico porque nos habla de las gentes que lo construyeron y utilizaron, un tiempo de grandes cambios y de recuperación del clasicismo, aunque una recuperación tamizada por el cristianismo, de largos viajes de peregrinación que trajeron nuevas ideas desde muy lejos, de sustitución del rito mozárabe por el romano dando lugar a una arquitectura y una plástica diferentes que buscan adecuarse a esos nuevos tiempos pero que en cada lugar tampoco olvidan lo conocido y mezclan lo viejo y lo nuevo magistralmente con la intención de llegar a toda la gente, de hacerse entender, de convencer, en una labor propagandística que, por otro lado, es intrínseca al arte en general. Me gusta el románico por su estética, pero quizá más por toda la información sobre la “revolución” religiosa que lo hizo posible, porque nos está hablando de un profundo cambio de costumbres. Me gusta el románico porque podemos verlo tanto en una pequeña ermita perdida en medio de un paisaje inigualable como en un monumental complejo monástico o en una catedral, una prueba más de la hegemonía que ejerció allí donde se extendió, afectando a todos los ámbitos, tanto los rurales como los incipientes urbanos, marcando el inicio de un largo periodo de la historia occidental en el que el poder de la Iglesia de Roma se convirtió en absoluto. SÍ, ME GUSTA EL ROMÁNICO.

Capiteles del claustro de San Andrés del Arroyo, en Palencia



Comentarios

  1. Pero, ¡Sira! Desconocía por completo este segundo blog tuyo. Qué gozada, oye. Y con foto de San Andrés de Arroyo Ô_Ô ¡si es imposible de fotografiar (con la sor siguiéndote de cerca cada paso que das)! Qué crack.

    A mí también me encanta el Románico, pero tuvo que ser ya casi cuando empecé a vivir lejos de él cuando me di cuenta de su enorme valor (antes, teniéndolo todo el día al lado de casa, lo veía como algo "normal").

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