El Mito de Sísifo
Sísifo, hijo de Eolo y fundador y primer rey de Corinto,
esposo de Mérope, la única de las Pléyades casada con un mortal, fue castigado
por Zeus por chivato porque cuando éste secuestró a Egina, hija del dios-río
Asopo, Sísifo lo vio y se lo contó al preocupado padre, así que el dios,
encolerizado, le envió a Tánato para que lo matase. Pero como Sísifo logró
librarse encadenando al genio de la muerte y durante un tiempo ningún hombre
murió, Zeus se vio obligado a intervenir de nuevo liberándolo para que siguiera
cumpliendo con su cometido. Así, la primera misión de Tánato tras su liberación
fue, lógicamente, provocar la muerte del propio Sísifo. Pero éste, antes de
morir, en un nuevo alarde de astucia, primero ordenó a su esposa que no le
tributase honores fúnebres para después llegar a los Infiernos y quejarse a
Hades de su impiedad y obtener permiso para subir a la tierra a castigarla,
aprovechando la situación para no volver, viviendo tranquilo hasta una edad muy
avanzada. Es por eso que cuando Sísifo murió de nuevo, Hades buscó evitar una nueva evasión
imponiéndole una tarea que no le dejara tiempo ni posibilidad de huir: subir
una roca hasta la cima de una montaña para que cayera de nuevo y tenerla que
volver a subir eternamente.
Sísifo. Tiziano. Museo Nacional del Prado. Fuente. |
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