¿Sabes qué significa la Escalera de Jacob en el arte cristiano?

La representación de la Escalera de Jacob está basada en el Génesis 28, 11-12, que narra cómo Jacob, patriarca de Israel, huyendo tras su enfrentamiento con su hermano Esaú, paró a descansar y tuvo un sueño en el que vio una escalera hacia el cielo por la que los ángeles subían o bajaban con Dios en lo alto, que le prometió que su descendencia se extendería por toda la tierra.

“Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal, y acostóse en aquel lugar. Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: “Yo soy Yahveh, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás acostado te la doy para ti y tu descendencia. Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra; y por tu descendencia. Mira que yo estoy contigo; te guardaré por donde quiera que vayas y te devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te he dicho”. Despertó Jacob de su sueño y dijo: “¡Así pues, está Yahveh en este lugar y yo no lo sabía!”. Y asustado dijo: “¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!” Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella. Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la ciudad era Luz”.

El mundo cristiano interpreta la escalera como alegoría de Jesucristo como nexo de unión entre el cielo y la tierra o como representación de la esperanza del ser humano de alcanzar el paraíso eterno, los pasos del alma para lograr la unión divina.

La escala de Jacob. Siglo XVII. Iglesia del Carmen de Antequera, Málaga

En este segundo sentido se interpreta, por ejemplo, una representación anónima del siglo XVII con La escala de Jacob en el acceso a la iglesia del Carmen de Antequera. Jacob descansa sobre una piedra mientras sueña con la escalera que lleva al cielo, apoyada en la tierra sostenida por las alegorías de la Fe y la Humildad. Bajo la escalera hay un pórtico con tres escalones con la Obediencia, la Bondad y la Castidad, los votos que los miembros de las órdenes hacen. Los cuatro elementos, Tierra, Agua, Aire y Fuego, están a continuación para crear un espacio a partir del que se sitúan las esferas celestiales, siete cielos que corresponden a los planetas, representados por sus personificaciones e identificados por sus atributos. Cada uno de sus doce peldaños está acompañado con una imagen que representa la acción a realizar para lograr llegar a Dios. Las almas representadas en la parte más alta están ahí por sus logros y superaciones en la vida. Al final de la escalera están la Santísima Trinidad y la Virgen María, esta última en su papel de intercesora ante la divinidad.

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