Compartir mentiras
Vivimos una época complicada. Las redes sociales nos han
abierto una ventana al mundo, pero por esa ventana no todo lo que llega es
honesto. Son montones de mentiras las que “nos cuelan” todos los días. Muchas
son chorradas sin trascendencia ideológica que pretenden convertirse en virales para lograr clics en los banners de publicidad. Me
preocupan mucho más las torticeras, las que buscan generar estados de opinión y
en las que caemos como en una red de telaraña y, lo que es peor, propagamos compartiendo
sin hacer caso a las señales que nos hablan de que algo no va bien, de que algo
chirría. Sería muy fácil detenernos un minuto para pensar que no pueden ser
verdad, comprobar que, como ya nos parecía, lo que nos cuentan no es cierto. Maldito Bulo nos
recomienda atender al origen de la noticia (si el medio parece sospechoso,
posiblemente lo sea), al tipo de titular empleado (si es demasiado espectacular
e impresionante para ser real, probablemente lo sea) y si tiene más cobertura
más allá del meme (los medios no "silencian", si no lo cubren es
porque es falso).
En este enlace lo explican a las mil maravillas.
Hagamos una simple comprobación antes de compartir “a lo loco
pirolo”. Lograríamos entre tod@s estar mejor informados.
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Computer animal de Brenda Guyton |
Ahí le has dado. Tengo la sensación de que en muchas ocasiones la intención del bulo es también comercial, pero utilizan un método diabólico, dar la información (falsa) que una parte de la población quiere leer para dar legitimidad a su pensamiento, que de otra forma no se atrevería a manifestar
ResponderEliminarMe temo que tienes razón. Es otra vuelta de tuerca, pero, al fin y al cabo, el mundo parece que sólo se mueve por el parné.
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