¿Sabes lo que es una iglesia de planta salón o hallenkirche?

La iglesia salón o hallenkirche se caracteriza por presentar tres naves que se cubren con bóvedas de igual altura en vez del tradicional alzado de naves escalonadas, con el consiguiente ahorro por la supresión de los arbotantes exteriores porque las naves laterales cumplen la función de sustentar y contrarrestar los empujes de la central, una alteración del sistema de iluminación, que se localiza en la zona superior dejando más en penumbra las zonas bajas, y un aspecto exterior que ofrece un volumen único, ajustado a un alzado ad quadratum. Otra de sus características es que el transepto no sobresale en planta y se elimina el cimborrio buscando, precisamente, la unificación y diafanidad del espacio, para que la vista no se vea interrumpida por muros, además de unas bóvedas que camuflan la compartimentación espacial al presentar continuidad entre ellas. De esta manera, la línea fundamental pasa a ser la horizontal frente a la vertical de la tradición gótica, acentuada con la introducción de una imposta o friso corrido que recorre todo el interior.
Su origen remoto podría estar en la zona del Poitou francés a mediados del siglo XII con la Catedral de Poitiers, aunque su sistematización tuvo lugar en el siglo XIV en el Bajo Rhin y Westfalia, desde donde se difundió a Europa central, Francia y la Península Ibérica, donde tuvo gran predicación. El primer ejemplo hispano en este sentido es la Catedral de Sevilla, que a principios del siglo XV ya se concibe con las cuatro naves laterales a igual altura, una innovación que se atribuye a los maestros de origen francés Carlin o Isambrant, una labor que hereda Simón de Colonia. El primer templo español planteado ya con todas las naves a la misma altura fue la Catedral de Astorga en 1471, con trazas atribuidas a Juan de Colonia, aunque finalmente fue transformada y terminó presentando forma escalonada.
La primera catedral española en la que se aplicó este sistema fue la Seo de Zaragoza (h. 1490) y después le siguieron la Catedral de Barbastro (1512), la inacabada Catedral Nueva de Plasencia de Juan de Álava (h. 1522) o la Catedral de Jaén de Andrés Vandelvira (1548). En cuanto a las iglesias, fueron muchas, repartidas por gran parte de la Península Ibérica.


Bóvedas de la ex-colegiata de San Antolín en Medina del Campo, uno de los templos de planta salón más tempranos de la Península Ibérica

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