¿Sabes de dónde procede el dicho de tener el “baile de San Vito” cuando alguien está muy inquieto y no para de moverse?
Según la hagiografía, San Vito de Lucania fue un niño siciliano
de época de Diocleciano que murió martirizado en el año 303 junto a su nodriza
Crescencia y su tutor Modesto, cristianos que le habían bautizado en secreto,
por no renegar de su fe, a pesar de que se decía que había curado de epilepsia
al hijo del propio emperador. En su martirio fueron sumergidos en aceite
hirviendo o plomo candente, según las fuentes, y San Vito, en vez de morir
entre intensos dolores, empezó a moverse en una especie de baile frenético,
como si hubiera asumido todos los movimientos que le había curado al niño, de
ahí que en la Edad Media se le invocara contra la epilepsia, los espasmos
musculares o los movimientos involuntarios y que la corea de Sydenham, una
enfermedad convulsiva caracterizada por los movimientos involuntarios anormales
de las extremidades, se conozca también como chorea sancti viti.
En este sentido el “tarantulismo” era una creencia popular que relacionaba la epilepsia con la picadura de una tarántula, cuyos efectos se activaban con el calor y el movimiento del baile, y que es el origen de la tarantella, la frenética danza italiana conocida por todo el mundo.
En Andalucía también se conserva el vito, un baile y canto popular con letras jocosas o serias que alude al baile de San Vito por su carácter vivo y animado.
La iconografía en el arte lo suele presentar con un caldero
al hombro en alusión a su martirio, pero también puede encontrarse dentro del
caldero, él solo o acompañado de su nodriza y su tutor, como en una de las
escenas del sobrecogedor ciclo de espeluznantes martirios de la Basílica de Santo Stefano Rotondo en Roma.
Martirio de los santos Vito, Crrescencia y Modesto de Niccolò Circgnani "il Pomarancio" en la Basílica de Santo Stefano Rotondo de Roma |
También se denomina “baile de San Vito”, “baile de la peste”
o choreomanía, del griego khoreia, baile, y de manía, locura, a un
fenómeno en Europa del que tenemos constancia desde el siglo XI y del que se
dejó de tener noticias en el XVII, el baile colectivo, compulsivo y destructivo
de un grupo de personas durante días y días hasta la extenuación, llegando a autoprovocarse el fallecimiento por infarto, ataque cerebrovascular o simple
agotamiento. Los bailarines entrarían en aquellos estados de trance por la
angustia, el hambre extrema, la enfermedad, las creencias y supersticiones… La
causa también podría deberse a la ingesta de pan contaminado con cornezuelo del
centeno, un hongo alucinógeno muy común en periodos de inundaciones seguidas de
malas cosechas.
El episodio de coreomanía más famoso de la Historia tuvo
lugar en Estrasburgo en 1518 y estuvo protagonizado por una joven, frau Trofea,
que salió a la calle y comenzó a bailar sin parar mientras se le iban sumando
otras personas hasta llegar a más de cuatrocientas en un mes, hombres y mujeres
bailando frenéticamente por la ciudad hasta la extenuación e incluso la muerte.
La crisis pudo solucionarse después de que el obispado deciciera una
peregrinación hasta una ermita consagrada a San Vito a las afueras de Saverne,
en los Vosgos, donde los danzantes se pusieron zapatos rojos y caminaron
alrededor de las reliquias del santo y la mayoría recuperaron el control de su
cuerpo.
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Coreomanía en un grabado de Hendrick Hondius de 1642 a partir de un dibujo de Pieter Brueghel el Viejo de 1564. Fuente. |
En este sentido el “tarantulismo” era una creencia popular que relacionaba la epilepsia con la picadura de una tarántula, cuyos efectos se activaban con el calor y el movimiento del baile, y que es el origen de la tarantella, la frenética danza italiana conocida por todo el mundo.
En Andalucía también se conserva el vito, un baile y canto popular con letras jocosas o serias que alude al baile de San Vito por su carácter vivo y animado.
Fantástico, como siempre. Un saludo
ResponderEliminarMira, bailar hasta la extenuación con zapatos rojos, como Karen, la protagonista del cuento Las zapatillas rojas.
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